La cotorra argentina está incluida en el Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras y en los países en los que es autóctona, se considera plaga agrícola. Esta especie, ha sido objeto de debate durante mucho tiempo y como sabéis, existen diversas opiniones al respecto sobre si son especie invasora o simplemente, una especie no deseada. Vamos a ello.
Desde un enfoque técnico, es innegable que la presencia de las cotorras argentinas plantea desafíos en relación a la conservación de la biodiversidad y la coexistencia con otras especies. Es importante recordar que las especies exóticas invasoras son la segunda causa más importante de extinción de especies y una de las cinco principales causas de pérdida de biodiversidad, lo que nos invita a abordar esta cuestión con seriedad y determinación.
Desde un enfoque más práctico, es fundamental considerar sus efectos nocivos ya que estas aves exóticas pueden generar impactos negativos en la fauna autóctona compitiendo por recursos y hábitats con otras especies locales. Además, los daños que provocan en la vegetación y en los cultivos pueden tener repercusiones en la biodiversidad y en la actividad agrícola de la región. Por otra parte, son susceptibles de actuar como vectores de transmisión de enfermedades, poniendo en riesgo la salud de otras especies animales y potencialmente la salud humana. Asimismo, sus cantos y reclamos ruidosos pueden provocar molestias en el entorno urbano, afectando a la calidad de vida de la población local.
Por tanto, si bien es delicado etiquetarlas como plaga, es indudable que los efectos nocivos que pueden generar en la biodiversidad, la agricultura, la salud pública y el bienestar ciudadano piden una actuación decidida y coordinada.
Por eso es necesario buscar métodos de gestión que estén avalados científicamente y que garanticen resultados a medio y largo plazo. En este sentido, se han desarrollado diversas estrategias de control de poblaciones de especies invasoras que pueden aplicarse al caso de las cotorras argentinas. Esto incluye métodos como la captura selectiva y esterilización, la introducción de depredadores naturales o la regulación del habitat urbano para limitar su reproducción.
Sin embargo, es importante recordar que estos métodos deben ser implementados con cuidado y respeto hacia la vida animal, evitando posibles impactos negativos en otras especies (o en el entorno urbano). Además, es necesario promover la concienciación ciudadana sobre la importancia de la convivencia respetuosa con la fauna urbana, fomentando prácticas que minimicen los conflictos y favorezcan espacios de coexistencia.
En definitiva, la gestión de la presencia de las cotorras argentinas no es tarea sencilla. Afrontar los efectos nocivos que provoca esta especie en nuestra región es uno de los retos clave en la gestión de los ecosistemas y requiere un enfoque integral que tenga en cuenta tanto los aspectos ecológicos como los impactos sociales y económicos de su presencia en la región .
Enlaces de interés:
Especies invasoras exóticas: Medio ambiente y sostenibilidad (Gencat)
SEO/BirdLife – Cotorras argentinas y de Kramer en España
SEO/BirdLife – I Censo Nacional de Cotorra Argentina